Asistencia técnica para la redacción del proyecto y tramitación de las obras de la remodelación de la desaladora de la Badia de Palma

El proyecto

Se calcula que un 20% del territorio español presenta problemas de escasez de agua. En nuestro país el origen del agua destinada a la producción de agua para consumo humano procede de diversas fuentes: aguas superficiales continentales,  aguas  subterráneas  y  aguas  costeras. 

Una elevada población y actividad turística, y una fuerte demanada para regadío agrícola, condicionan la disponibilidad y la necesidad de nuevas fuentes de agua de  gran  calidad.  Las  tecnologías  más  utilizadas  a  nivel  mundial,  son  la  desalación  y la destilación. En España, actualmente se utilizan mayoritariamente los sistemas de desalación mediante membranas semipermeables de ósmosis inversa (OI), frente a la destilación (o evaporación) que resulta mucho más costosa desde el punto de vista energético.

Además, a causa de los  efectos  del cambio climático, se está incrementando el uso de agua de mar, con la instalación de plantas de agua desalada y potabilizada, para abastecer las zonas  costeras, especialmente en zonas turísticas como es el caso de las Islas Baleares.

La desaladora de Badia de Palma, entró en funcionamiento en el año 1999 y en la actualidad la capacidad de producción máxima está lejos de la potencial, lo que no garantiza el cumplimiento de la cuota de producción en años de sequía, ya que la mayoría de los equipos de la IDAM y sus instalaciones anexas están obsoletos y han llegado al final de su vida útil. A todo esto se suma que se ha producido la obsolescencia tecnológica de la planta, dificultando y encareciendo las reparaciones, siendo menos eficiente energéticamente, ya que consumen un 20% más, que instalaciones modernas.