El proyecto
Según los estudios elaborados a escala europea, el impacto en el medio ambiente de los sistemas de transporte en 2018 ocasionaron unos costes externos de 530.000 millones de euros. Los costes externos es el gasto que ocasiona el efecto invernadero, la contaminación atmosférica, el consumo de energía, la siniestralidad y la congestión de las vías urbanas, entre otros, y que no ha sido asumida por el mercado a través de los precios, pero que deben soportar todos los contribuyentes a través de los impuestos.
Por otra parte, en Mallorca, el tren evita la congestión de las principales vías de acceso a las poblaciones, que no podrían soportar el volumen de tráfico actual y, por tanto, ofrecer un producto turístico de calidad y sostenible. De hecho, estudios de la Unión Internacional de Ferrocarriles demuestran que cada tren de cercanías lleno supone una reducción en los atascos equivalente a 1,5 km.
Mediante este proyecto se finalizarán las obras iniciadas en 2009 del corredor ferroviario entre Manacor y Artà para dotar de una infraestructura ferroviaria moderna y sostenible en la zona del levante mallorquín, reivindicada desde hace tiempo. Y por otra, se quiere conectar con transporte público su zona costera y turística, y que incluye áreas de gran relevancia, como Sa Coma, Cala Millor o Cala Ratjada.
Con esta actuación se potenciará el uso del ferrocarril como medio de transporte alternativo colectivo y sostenible entre Manacor y Artà, en tanto que ofrecerá a los residentes de la zona de levante una alternativa al vehículo privado. Esto implicará la disminución de la contaminación, los ruidos y los residuos, evitará la saturación de determinadas carreteras e incrementará la seguridad en la circulación de las personas.